Nunca se queja y siempre está dispuesto a satisfacer a su dueño. Es el Coworker, un robot de oficina que mide un metro de alto, anda sobre ruedas y cuyo cerebro va equipado con sensores de sonido que le permiten moverse sin chocar contra objetos. En su bandeja puede llevar bolígrafos, y gracias a un ojo electrónico puede reconocer a la gente de su entorno.
